Tocados por el vino

Charo Iglesias es una artesana de los tocados con una sólida trayectoria profesional. Además, dirige el módulo de sombreros y tocados en el Máster de Accesorios del IED Madrid. Como trabajo de fin de curso, retó a sus jóvenes alumnas a que diseñasen sus creaciones basándose en el mundo del vino. Asistí como jurado para valorar los tocados junto con expertos en moda, entre ellos María Escoté, laureada diseñadora en Pasarela Cibeles. La experiencia fue de lo más gratificante.

Estos fueron algunos nombres de los trabajos: vino y amor, vínculos, huella personal, con el vino en la cabeza… Habían visitado una bodega, más concretamente Matarromera (sponsor del concurso), para tener contacto por primera vez con el mundo del vino. Las inspiraciones fueron múltiples y algunas de ellas verdaderamente creativas. La hoja de parra en divertidas formas, los corchos naturales, literatura, el terroir, los vinos sin alcohol, inspiración en las fases de la cata, representando lo efímero de la degustación, un proyecto rompedor y cargado de modernidad, cestas de vendimia etc. Otros temas estaban vinculados con las relaciones que se generan en el momento de compartir el vino, una esfera mucho más cargada de emoción.

Diseño de tocado ganador
Diseño del tocado ganador

Las alumnas debían de argumentar su creación y explicar su vinculación artística con el tocado. Lo más curioso es que todas se preguntaban lo mismo a la hora de aproximarse al vino, ¿qué es para mi?. Después de escuchar sus interesantes respuestas, descubrí cuatro temas de reflexión en común:

1- La individualista. “Lo que me gusta”, la más lógica, simple y sincera reflexión cuando se toca el vino por primera vez.

2- La social. Los amigos y el amor, el vino como sentimiento, momento para compartir.

3- El cultural. El vino como status social y valor cultural que posiciona y diferencia socialmente.

4- El tiempo. El vino como uno de los pocos placeres de la vida que nos depara el futuro y la incierta edad de la vejez.

Se hizo evidente que el mundo del vino resulta atractivo, llamativo e inspirador. Y para eso no hace falta ser experto. Charo, apasionada del vino, participó hace unos meses en Vinhoy , exhibiendo sus tocados y encargándose de los complementos del vestuario del personal. Un toque muy personal.

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