Cartas de vino

Un nuevo capítulo en el panorama de las cartas de vinos en España. Sin duda, no solo el marketing del vino brilla por su ausencia, también la poca capacidad de algunos hosteleros de preocuparse por una carta de vinos decente, aunque sea en su mínima expresión, y la falta de visión, tan de sentido común, de que lo que un papel se escribe, así queda para los ojos de todos los clientes. Bueno, si su clientela es exclusivamente extranjera y no sabe si una palabra se escribe con B o con V….¡ni por esas! No puedo pasar por errores que denotan tal falta de respeto hacia las palabras. Además, son errores que con un poquito de atención podrían subsanarse. ¿No queda bien claro en todas las etiquetas que Verdejo no es Berdejo? Eso sí, cuando llega la hora de hablar de la elaboración de los platos, de que si el pescado es de la zona y recién capturado esa noche, la patata de la huerta de su cuñado o que el cocinero o cocinera de turno estudió con no sé quién, lo sueltan a la primera de cambio. Eso sí que se lo tienen aprendido. El vino sigue jugando en segunda o tercera división.

carta vinos

Marketing del vino es una palabra mayor para este caso. Solo se necesita un poco de atención, de sentido común, de aprendizaje y un mínimo de respeto por lo que se compra, y que también produce beneficios económicos al empresario.

“Champanes y cavas”. Juntos pero no revueltos, hasta ahí incluso podría pasar, pero la selección es de los más anodina. Si “Don” Pérignon levantara la cabeza…

carta de vinos

Ribera del Duero. He mirado con atención en muchas ocasiones esta hoja y aún no descubro cuál es el misterioso origen de su orden. No es el precio, no son las marcas, no es que estén o no estén en stock, tampoco es un orden alfabético. Me rindo. La crítica ni es ni por la tinta del bolígrafo, ni las anotaciones al margen derecho, sino por el descontrol y la confianza extrema hacia el distribuidor de esas marcas que, me imagino, estará encantado con su cliente. Sinceramente, creo que es por todo ello. ¿Peñafiel?, se me olvidaba la anotación turística de la carta y Matarro mera, nombre que debe perturbar a más de uno pues lo he visto escrito de varias maneras, Mata romera, Mata rro mera. Siento no poder demostrarlo con fotos, tal choque intelectual me enajenó por unos momentos y fui incapaz de sacar el móvil.

Si te apetece añadir alguna imagen a mi galería de “horrores y errores en las cartas de vinos”, estaré encantada de recibirlas.

 

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