Horrores en las cartas de vinos

Hace poco escribía el post “La sangría no es para mí”. Hoy vuelvo al tema por esta foto y para hablar de las cartas de vino en los restaurantes. Fue un viaje de trabajo para escribir el reportaje “Islas de vino” para la revista Vinum sobre Ibiza y Formentera. Estaba en Ibiza, alojada en el hotel de un pueblo bastante turístico cerca de la capital. Puerto deportivo, barcos, paseo marítimo, chiringuitos modernos, restaurantes italianos, músicas del mundo según el local de turno, locales fashion…En uno de estos últimos me paré a cenar, bonita terraza, música soportable, camareros guapetes, estupenda barra de bebidas…Cuando me atendieron, los chicos llevaban su ritmo, es lo que tiene que te contraten por ser guapetón, pregunté por la carta de vinos. El chico me comentó que solo tenían “eso”, señalando hacia la barra. Me levanté para saber qué estaba señalando y porque no prestó ninguna atención a lo que le estaba pidiendo. Y lo que vi es la foto que ahora estáis viendo vosotros. ¡Genial!. Miré a mi alrededor, era la única no guiri que estaba allí. Wine Bar, en letra pequeña, entre café y sangría de “a litro”, bien visible. Qué manera de anunciar, y vender, vinos. La estética y el orden de la pizarra es interesante. De manera escalada, tras la enorme tipología de sangría, el resto de las categorías de vinos: tinto, blanco, rosado y cava. Lástima que el salero y pimentero oculten la categoría que aparece en último lugar, champagne. Una vez visto esto, ¿qué pensarían los que se dedican al neuromarketing?. Lo mismo que los que no se dedican a ello. Salta a la vista lo que quieren y les interesa vender. Luego dirán que, “es que el vino no se vende ni lo piden”. ¡Cuántas veces he escuchado esa frase!. Ni marketing del vino, ni carta de vinos, ni interés en ofrecer algo digno al consumidor. Anónimos vinos tintos, blancos, rosados, cavas y champagne en el mismo saco…roto.

Comentarios en Facebook

comentarios