Vega Sicilia, única (1)

Tener la oportunidad de hacer una cata vertical de Vega Sicilia no ocurre con frecuencia. Y si, además, Pablo Alvarez, responsable del Grupo Vega Sicilia, y Xavier Ausás, Director Técnico, son los encargados de la presentación de los vinos, esto ocurre todavía en menos ocasiones. Una nueva cita con El Sabor de los Grandes organizado por la Fundación para la Cultura del Vino, a la que pertenece la bodega de Ribera del Duero, logró reunir a los protagonistas. A través de los vinos conoces “un poco de la historia de Vega Sicilia, los aciertos y los errores”, decía Pablo Alvarez antes de empezar la cata.

Cómo nace un mito
Sin duda, Vega Sicilia es el vino español más conocido dentro y fuera de España, y el que lleva siempre impreso una aureola mezcla de mito, admiración y glamour. Pero para llegar hasta ahí, han pasado años, incluso siglos, y muchas personas que han ido dejando su impronta.

La propiedad de Vega Sicilia ha pasado de muchas manos a lo largo de la su historia. De los monjes cistercienses del monasterio de San Bernardo de Valbuena que la recibieron de manos del rey Alfonso pasaría a distintas iglesias y más tarde a familias de renombre. Así, en el XVII las fincas pasan al primer Marqués de Valbuena. En el siglo XIX, y con la desamortización de Mendizábal, mucho bienes eclesiásticos pasan a ser propiedad de la burguesía, pero Vega Sicilia fue en esos años a ser un bien sujeto a subasta pública. Toribio Lecanda, capitalista de la época, fue adjudicatario de ellas. Esto ocurrió en 1848, y las fincas Vega Sicilia y Carrascal pasarían a llamarse Bodegas Lecanda Valladolid , una explotación agraria que producía vinos, brandis (proveedor de la Casa Real) y ratafías. Su heredero, Eloy Lecanda impulsó la creacion de la bodega en 1864 e introdujo nuevas plantaciones de variedades francesas (cabernet, carménère, malbec, merlot y pinot noir) alternadas con otras locales (garnacha y tinto aragonés). En 1888 se inicia una nueva etapa con la creación de una sociedad donde Antonio Herrero se hace con la mayoría de las propiedades, bodega, los pagos de Santa Cecilia, Valdecarros y El Carrascal. Dos años más tarde ya es suya en su totalidad. Después de su fallecimiento, la propiedad pasa a manos de sus tres hijos con el nombre de Hijos de Antonio Herrero, pero la explotación de la finca la sigue realizando Cosme Palacio, personaje que aparece poco ante. Su empresa recoge la uva para enviarla a su bodega de Laguardia y etiquetarla con su marca. Domingo “Txomin” Garramiola, hombre de confianza de los Cosme Palacio, llegó a Vega Sicilia con el encargo de elaborar los vinos. Se le considera el primer autor de la actual Vega Sicilia. Poco después es contratado por la familia Herrero. A partir de ese momento comienza los reconocimientos y premios, y el lujo como sinónimo de su marca. Txomin fallece en 1944, una época de miseria en España. En 1952 la finca pasa a ser propiedad de la empresa de semillas Prodes. Una etapa sin glamour que acaba en 1966, cuando un empresario de origen checo emigrado a Venezuela, Hans Neumann, compra la propiedad por inversión y su nombre más que por el negocio del vino. En esta etapa, el enólogo Mariano García se hace cargo de su elaboración. En 1982 llega la familia Alvarez-Mezquíriz. Iban a ser intermediarios para discutir y negociar la compra de la finca a dos propuestas que la reclamaban, una suiza y otra alemana, pero acabaron quedándose con ella. Y hasta ahora.

Nuevos aires en Vega Sicilia
En el año 1982, la facturación de la bodega era de 1,2 millones de euros y tenían 80 ha. de viñedo en producción, instalaciones un poco viejas, depósitos de hormigón, bocoyes de 600 litros, botas jerezanas, barricas bordelesas…. Comercializaba 220.000 botellas de sus tres marcas, Valbuena 3º año, Valbuena 5º año y Vega Sicilia Único. Con la familia Álvarez daría comienzo una nueva etapa de este terroir al estilo de un château bordelés. Ellos reflotan, de nuevo, la imagen de un mito e incorporan las marcas Alión, Pintia y Tokaj Oremus (Hungría). Otro de los objetivos de la familia fue un reparto más equitativo el vino, romper el férreo sistema de cupos y casi exclisividad de ventas nacionales, es decir, que su distribución llegase a más personas y puntos de venta. A partir de esta decisión, 60% de sus ventas sería en España y el 40% se dedicaría a la exportación. Otros de los aspectos que mejoran es el cuidado de la viticultura. Hoy tienen 200 ha. de los que el 70% de destina a Único y Valbuena, y el resto a Alión. Tienen un rendimiento medio de 2500 kg/ha y un viñedo con edad media de 30 años. Además, mejoran las instalaciones de la bodega, incluyendo la tonelería propia en el año 1987 para la construcción y reparación de barricas. Otra novedad fue el envejecimiento en botella. Antes, se solía embotellar unos meses previos a ser servido el vino a los clientes. Ahora, es un mínimo de tres años e introducen botellas de gran formato. En el año 2009 comienza una nueva fase, la construcción de una nueva nave de fermentación y nuevo taller de barricas.

 

Viñedo de Vega Sicilia

Las viñas de Vega Sicilia
En el año 1998 iniciaron el estudio edafológico de su finca. De sus 1.000 ha. de terreno, 650 son de pino piñonero, maíz, alfalfa, robles, alcornoques etc. Después de realizar unas 250 calicatas, dividieron su viñedo en 52 parcelas vitícolas con diferentes perfiles de suelos con su referentes en el interior de la bodega. Los distintos depósitos de fermentación se disponen según el tipo de terreno. Arcillo-calcáreo en la zona baja y más profundos, y hacia arriba (hasta los 750 metros) con más cal y rendimientos más bajos. La bodega tiene 62 depósitos de acero inoxidable con capacidad para 6.000 y 8.000 kg. de uva para Valbuena 5º año, y 19 depósitos de roble donde fermentan el Único. En cuanto a variedades de uva, el 85% es tinto fino, junto con cabernet sauvignon y merlot. Siguen comprando un 10% de la uva en la zona de Burgos. “No vamos a crecer más porque el terreno no vale para la viña”, dice Xavier Ausás, “queremos profundizar en el estilo de Vega Sicilia para hacerlo diferente y sacar el máximo a cada parcela, un poco al estilo borgoñón”. Xavier es contundente, “ nosotros pasaremos, lo importante es mantener el estilo”.

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