Los vinos de la Antigüedad

A veces me he imaginado en un sympósion en la Grecia clásica, esas reuniones donde bebían, comían y hablaban sobre lo humano y lo divino -aunque no fuese aceptada por ser mujer-. O en un banquete romano, dándome un paseo entre viñedos de hace varios siglos o en las tabernas Pompeya. Y siempre con vino. La imaginación despierta la curiosidad.

Bajo esta premisa quise hablar en el programa “Esto me suena” de Radio Nacional sobre los vinos más famosos de la Antigüedad, vinos que han hecho historia, y cuáles de ellos se asemejarían a los que ahora podríamos encontrar. Más o menos y salvando muchas distancias. Un ejercicio más de imaginación. Sabemos que en la Antigüedad se bebían más vinos blancos que tintos, y que entre los blancos los más apreciados eran los dulces. Además de vinos mezclados con especias y otros muchos ingredientes. Hoy en día lo que más se consumen son tintos, y los que más prestigio tienen también.

El vino de Falerno era uno de ellos. Era el vino de los cónsules y emperadores romanos, de las clases pudientes y aristocráticas. Y muy caro en aquel entonces. Procedente del monte Falerno, hoy conocido como Massico, fue un blanco dulce con alto contenido alcohólico producido con uvas de vendimia tardía que solían dejarse envejecer unos 15, 20 y más años en ánforas de barro. Se elaboraba con la uva Amineum, de ahí se cree que procede la actual uva Greco con la que se hace vino. El vino de Falerno fue servido en un banquete del año 60 a.C. en honor de Julio César con motivo de sus conquistas en Hispania. Ya entonces los dividían en tres estilos seco, dulce y ligero. Hoy existe la DO Falerno de Massico en la zona de Campania (sur de Italia) elaborado con las tintas Aglianico y Primitivo, y la blanca Falanguina.Otra zona importante en Italia era Ciró en Calabria. Vinos tintos hoy elaborados con Gaglioppo. Se dice que Ciró se ofrecía a los ganadores de los antiguos Juegos Olímpicos.

En muchas de las islas griegas se hacían vinos. Uno de los favoritos de los griegos era el de Chios, situada cerca de la costa de Turquía. Era el que mayor difusión y éxito comercial tenía y el que más se exportaba por todo el mediterráneo. Actualmente siguen elaborando vinos allí. Ariousios es una de sus bodegas que cultivan las variedades Chian Krassero, Agiannitis y Bigleri. Por cierto, allí se encuentra la resina con la que se elabora una de las bebidas más tradicionales griegas, el ouzo, licor hecho a base de anís, que procede del árbol mástic. Actualmente hay interesantes vinos en la isla de Santorini con la variedad Assyrtiko y Samos con la Moscatel.

Famosos fueron también los vinos de Gaillac, una pequeña zona de Francia cerca de Tolousse, que debido a la expansión de Imperio Romano se convirtió en la región que abastecía a Roma. Pero también lo hacía a Burdeos, que en aquel tiempo no producía vino. Eso ocurriría más tarde, cuando por su posición estratégica y puerto cercano a las islas inglesas comenzó a exportar vino iniciando así su expansión. Hoy el área vitícola de la denominación Gaillac tiene 2.500 hectáreas, vinos tradicionales poco conocidos y elaborados con uvas autóctonas únicas: blancas Len de l’el, Ondec y tintas Duras, Braucol o Fer. Hacen todo tipo de vinos, incluidos espumosos.

Como todos sabemos, Francia tiene mucha historia en cuestión de vinos. Especial atención merece la del emperador Carlomagno. En el año 775 entregó 72 ha. de viñedo de una colina de nombre Corton a la Abadía de Saulieu y les ordenó que produjesen un vino blanco. Dicen que dijo “no quiero manchar mi barba”. Entonces era un vino blanco dulce de calidad. Hoy ya sabemos qué es y qué representa esta pequeña área entre Dijon y Beaune, una de las mejores zonas del mundo para elaborar vino blanco de Chardonnay, y también sabemos de las pequeñas parcelas en las que ese monte está dividido.

Y como curiosidad, existe una bodega-centro de interpretación en Provenza, Mas de Tourelles, que elabora vinos como lo hacían antes. Está en una villa romana situada entre Arles y Avignon por donde pasaba la Vía Domitia de las Galias y en ella han reconstruido una bodega romana, recreado el viñedo y las vendimias de la época. Desde los años 90 venden productos hechos “imitando” a los vinos que se bebían. El Mulsum -vino con miel y especias-, Carerum -vino de aperitivo con mosto calentado y aromatizado con membrillo- y Turriculae -uvas blancas con plantas, agua de mar y mosto concentrado-.

Si quieres escuchar el podcast del programa y los comentarios de García&Cía sobre el tema…

Escuchar audioEsto me suena - 2013/01/25 - Conocemos a Súper Antonio

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