Moda de vinos en Londres, tradición perdida en España

A veces no puedes dejar de olfatear ni siquiera cuando descansas. Por si fuera poco las sesiones diarias de cata para DWWA (Decanter World Wine Adwards), por las tardes me paseaba por Londres para dejarme sorprender por la ciudad, un hervidero de culturas y siempre a la última en tendencias.

Muy cerca de donde me alojaba, en Hackney, encontré por casualidad un nuevo local, L´Entrepôt, y mucha más casualidad fue conocer a su propietaria, Muriel Chatel. Su historia merece la pena ser contada porque se ha convertido en un referente y un tendencia en el este de Londres. Una nueva manera de entender el mundo del vino que seguro no resultará ajena en España.

 

Cartel de L´Entrepôte
Cartel de L´Entrepôte

Muriel, de familia francesa reside en Londres desde hace muchos años. Es muy simpática, habladora y con sentido del humor. Le gustaba el vino, así que decidió abrir una tienda, BoroughWines, en Borough Market. Ahora tiene tres tiendas de vino en Londres, una a punto de inaugurar y otra en la ciudad de Deal (Kent). Sus locales poco tienen que ver con las tiendas al uso. Espacios diáfanos pero acogedores, decoración cálida, natural y sin estridencias. Entras y te puedes sentir como en tu casa. Y ese es uno de sus secretos, “no todo es vino, a la gente le gusta catar pero también le gusta más cosas”, me comenta. En sus tiendas-cafés-restaurantes puedes desayunar por la mañana sentada en una confortable mesa de madera con un trozo de tarta, comer a media mañana, tomarte unos vinos por la tarde o cenar por la noche. Mientras, el vaivén de gente que entra y sale del local va en busca de vino. Sí, de vino. Porque la idea que ha tenido Muriel es hacer del vino algo cotidiano. Como en España hace décadas cuando se bajaba con la garrafa a buscar el vino a la taberna o al colmado. Sinceramente, me quedé estupefacta al ver a un chico entrar con una botella de cristal vacía con el logo del local, acercarse a uno de los dos pequeños depósitos de acero inoxidable con vino (también hay barricas), llenarse la botella, acercarse a caja, pagar e irse.

 

Autoservicio: botella, barril o depósito
Autoservicio: botella, barril o depósito

 

Y también sirvan para el agua
Y también sirvan para el agua

 

L´Entrepôt, su cuarta tienda, lleva un mes abierto y “no me esperaba el éxito que ha tenido”, me dice Muriel. Le cuento que esto se hacía en España y que se ha perdido hace muchos años. Dice que no lo sabía, ni entiende el porqué. El éxito de este local tan especial radica en el sentimiento de comunidad, de pertenecer a un barrio concreto, de sentirse cómodo acudiendo a tu tienda cercana y adaptar un concepto tan sencillo y práctico a nueva estética y necesidad.

 

Entrada de la tienda con los pequeños depósitos y barriles
Entrada de la tienda con los pequeños depósitos y barriles

 

Además de poder llevarte vino tinto o blanco en tu botella (o,75 cl. o 1 litro), puedes comprar un vino etiquetado de entre una lista de 150 en una gama de precios no muy alta (incluye desde vinos de Francia o Italia, hasta Líbano, Hungría, Reino Unido o España, muy pocos). Y también se pueden probar por copas más de 30 vinos. La cocina es sencilla (muchos productos locales y ecológicos), y acompaña al vino sin más pretensiones. Comer y beber bien. Y su clientela, bastante joven, opta “por lo que le apetece en cada momento, se siente bien en el local, relajado. No somos un sitio estirado donde entras con miedo a comprar vino”, asegura su propietaria. Ahora, y por petición de sus fieles, ha puesto un pequeño depósito de acero inoxidable con aceite con la misma idea.

 

Mesas comunitarias
Mesas comunitarias

 

Barra con la cocina al fondo
Barra con la cocina al fondo

 

Para comer algo sencillo con la lista de vinos en el mantel de papel
Para comer algo sencillo con la lista de vinos en el mantel de papel

 

Días después acudí a una fiesta privada en ese barrio (lo que más se bebía era vino y cervezas artesanales) y el anfitrión tenía varias botellas de BoroughWines en su cocina. «Sí, me encanta la tienda y la idea de darme un paseo con mis botellas en busca de vino. Además no está mal y no es caro. Es lo que bebo durante la semana», me dice.

Algo tan tradicional en España gusta en Londres y se pone de moda. Mientras, aquí se siguen escuchando comentarios como que el mundo del vino está alejado del consumidor, quejas porque no se vende vino, las bodegas se lamentan porque solo les queda como salida el mercado exterior, que a los jóvenes nos les gusta el vino…¿Serán ideas lo que falta?.

 

Muriel Chatal, propietaria de Boroughwines
Muriel Chatel, propietaria de Boroughwines

 

 

 

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