Glamour, diseño, modelos, exclusividad, diseñadores, artistas, industria…Estas palabras, y otras muchas, podrían describir el ambiente de una pasarela de moda. Ahora recuerdo mi impresión la primera vez que acudí a la pasarela madrileña Mercedes Benz Fashion Week.
Cerveza, ginebra, aguas, zumos y refrescos, esas eran las bebidas que se publicitaban y las que se podían beber. Son muchos los diseñadores que se han aliado con el diseño de etiquetas de vinos, a muchos les atrae el mundo del vino y son consumidores; los hay hasta con bodega e incluso alguno se ha inspirado en el mundo para diseñar su colección. Este fue el caso de Maria Barros el pasado mes de Septiembre de 2013, y con la que tuve el privilegio de colaborar el la vinculación conceptual entre vino y moda. Colección Coupage fue un éxito en la pasarela y en los medios.
¿Por qué el vino ni se huele en las pasarela? ¿Solo es cuestión de rentabilidad? ¿De presupuesto, quizá? ¿De mentalidad de los departamentos de marketing de las bodegas? ¿No interesa ligar el vino a la moda? ¿No tiene glamour el vino? Por supuesto que hay excepciones, pero solo para confirmar la regla.
Poco a poco el sector de vino sale de su burbuja, nos presentan nuevas campañas de marketing pero parace que otras bebidas son las que apuestan por eventos de este tipo y no las bodegas. Como suecede en otras muchas disciplinas. Lástima.
