Una de las botellas icono del champagne es Perrier Jouët. Fue presentada en 1902 en el restaurante Maxim´s de París y hasta el día de hoy va unida a la imagen más auténtica de Art Noveau francés. El año pasado celebraron su 200 cumpleaños. Todo empezó con el matrimonio entre Pierre Nicolas Perrier, heredero de viñedos en Champagne, y Adele Jouët, que aportó todo el lujo y glamour.
Más que de sus estupendos vinos, hoy prefiero hablar sobre su Maison Belle Epoque. Está situada en la Avenida del Champagne número 11 de Epernay, frente al edificio de sus cavas de crianza. Hasta el año 1990 era de uso privado de sus propietarios, actualmente Pernord Ricard, pero a partir de esa fecha se abrió a «huéspedes ilustres». Desde luego, yo no me considero ilustre, pero tuve la suerte de alojarme en ella.
La Maison de Belle Epoque es una maravilla y puede ser un sueño pasar una noche en una de sus habitaciones si te gusta el Art Noveau. Tiene una de las mejores y prestigiosas colecciones privadas en su estilo , unas 200 piezas originales firmadas por grandes artistas como Rodin, Lalique o Majorelle. Pasear por sus estancias es hacerlo en el tiempo, y dormir en una de su cuatro habitaciones es sufrir de insomnio. La cama valorada en miles de euros, los baños auténticas obra de arte, lámparas, armarios, cuadros, alfombras, vidrieras…Estas son algunos de sus rincones.
