Comprar vinos en Nueva York (I)

Comprar vino en Nueva York no es tan fácil como lo es en España. Si bien la ciudad cuenta con unas 1400 tiendas, los puritanos que colonizaron la costa Este y más tarde la ley seca, han dejado huella en cuanto a las reglas en la venta del vino.

El ejemplo más cercano es Nueva York, donde no se vende vino en otro lugar que no sea una tienda dedicada exclusivamente a la venta de vino. Así, olvidémonos de pastelerías, gasolineras, tiendas gourmet…

En Nueva york la situación es bastante mejor que en otros Estados como Connecticut, donde no puedes comprar vino los domingos, Florida, donde una botella Mathusalen (8L) o más es ilegal, o en algunos municipios-condados de Kentucky, donde la venta de alcohol es ilegal pero se destila los bourbons más vendidos en el mundo.

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Imagen de Château Diana

 

De esta manera, y hablando de Nueva York, una tienda que vende alimentos no puede vender vino. Puede vender cervezas que te emborracharan con dos o tres latas, pero lo más parecido que puedes encontrar a un vino son productos derivados del vino.

Uno es el “Château Diana”, una mezcla de vino, agua y azúcar. Con una imitación en cuanto a packaging que mucha gente ha creído comprar una botella de vino, mediocre, pero vino. Otro producto, este para el orgullo nacional, es la sangría Lolailo. Hecha en Madrid a base de Tempranillo, Bobal, y “cítricos del Mediterráneo”, un producto de vino con 6% de alcohol que pasó de vender 110.000 de cajas en 2009, a 335.000 en 2013 (cajas de 6 botellas “magnum” 1.5L).

 

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Bottlerocket

 

Pero todo tiene su lado positivo, en este caso es que con la prohibición de la venta de vinos en supermercados o cadenas de tiendas de vinos, se permite la existencia de un gran número de tiendas con gran diversidad en la selección de vinos.

Para reducir el espectro, es cierto que alrededor de un 50% de estas tiendas son las que yo llamo “sin alma”, son tiendas que basan sus ventas en licor y vinos ultra comerciales. Se diferencian porque la decoración del escaparate se compone de anuncios de grandes marcas de Vodka, y a veces venden lotería, lo que ya termina de quitar toda magia al establecimiento.

Hay otro tipo de tiendas, que son las tiendas cool, donde no se necesita conocer una sola región vinícola para elegir el vino. Una que ha llamado mucho la atención es Bottlerocket, donde se agrupa el vino dependiendo de factores como la comida, si es para regalar, para una cita… todo a través de una imagen que convierte al vino en algo desenfadado y trendy. A veces con generalizaciones y agrupaciones bajo un adjetivo, algo arriesgadas pero que facilitan la elección del cliente.

Continuará…..

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