Lo cool más ordinario

Hacía tiempo que no leía un dossier de prensa más surrealista como el que me llegó hace poco tiempo de Möet & Chandon. Merece la pena reproducir frases textuales, aunque no sea de mi agrado.

Resulta que ha presentado un nuevo producto, Möet Ice Imperial, como “el único champagne del mundo creado para ser tomando con hielo”. Espero que sea el último. Pero el tema sigue, “fiel a la tradición innovadora ha creado un champagne para tomarlo fuera de las tradicionales horas”. Resulta que una casa comercial como esta no sabe que la bebida más icónica del mundo es de las pocas que se puede beber a todas horas y sin cansarse (siempre y cuando tenga uno presupuesto, claro). Me acabo de enterar que hay una hora para tomar champagne. El tema se pone serio cuando su Chef du Cave, Benoît Gouez, define esta propuesta como “una forma totalmente nueva de beber champagne”. Le doy la razón. Sigue comentando sobre esta joyita que “ha sido desarrollada por expertos para intensificar la experiencia del sabor”. Desde luego que es una experiencia probarlo, también le doy la razón, pero de las que no quieres volver a repetir. Aconsejan servirlo en copas grandes y transparentes tipo Cabernet para que refuercen la frescura, y dicen que puede decorarse con una hoja de menta, rodaja de pepino u cáscara de pomelo. Ahí ya me quedé medio muerta.

Aún hay más, esta bebida es para los amantes de las celebraciones diurnas en la playa (¡¡¡¡) y las fiestas junto a la piscina. Si alguno de los que lea esto es de esos amantes, que sepáis que esta nueva invención solo estará disponible en los lugares más exclusivos, y paso a nombrar textual: “desde los club de playas de Acapulco, Rio de Janeiro y Saint Tropez, terrazas VIP de Los Angeles y Sidney, cruceros por el Caribe, o en los locales más top de Marbella y Baleares”. En fin, estoy pensando a cuál de todos me voy en cuanto acabe de escribir este post. Möet & Chandon, 260 años de historia para llegar a esto.

Lo mejor de todo, la imagen de la botella. Ya sabemos que el marketing impera en el mundo del vino, y me parece muy bien que se pretenda innovar como imagen de marca, pero entre eso y el ridículo hay una línea muy delgada.

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