Desde hace tiempo sentía curiosidad por conocer las instalaciones de Peñascal, el rosado más consumido en España según un informe Nielsen. Así que cuando se presentó la oportunidad de ir no lo dudé. Y lo hice con el director técnico de grupo H.A. Barceló Philippe Dardanne, el enólogo de la bodega José Vicente Martín y Víctor Cerro, que amablemente me acompañó durante la jornada.
Quizá alguno esté pensando, ¡mira que no hay bodegas para visitar antes! Y es verdad. El tiempo no me sobra, tengo buenos amigos que elaboran excelentes vinos pero quería ver y conocer de primera mano cómo eran las instalaciones donde se elaboraba uno de los vinos más vendidos en España.
La historia
Peñascal es uno de los vinos de Hijos de Antonio Barceló, una de las bodegas centenarias de España, productores de vinos desde 1876 desde sus orígenes en Málaga. Hoy elabora vinos en 5 regiones de España.
La historia comenzó en Tudela de Duero (Valladolid) donde iniciaron este proyecto en los años 70. La primera botella se elaboró en 1972 en Peñafiel y salió como bajo la denominación de Tinto Fino, imitando a los tintos en barrica clásicos de Rioja. Unos años más tarde pasaron a Tudela de Duero. Allí se estuvo elaborando Peñascal durante los años 1975 a 1999 hasta que en el año 2000 se instalaron definitivamente en Laguna de Duero. Una gran planta de elaboración donde todo el seguimiento del proceso se hace por un sofisticado sistema informático. Allí se elaboran unos 12,5 millones de litros de varias marcas de la bodega y es el almacén logístico del grupo de todos los vinos de Castilla y León.
La botella, un modelo de Málaga, y que ha evolucionado sutilmente en su diseño, es el origen e identificación de la marca inconfundible de Peñascal. En el año 2000 compraron la Finca Caserío de Dueñas, con más de 300 ha de viñedo en el corazón de la comarca de Medina del Campo (Valladolid), para asegurar el aprovisionamiento de uva de calidad para las diferentes marcas elaboradas en la bodega.
Las uvas para elaborar el vino provienen en un 90% de viñedo propio de 280 ha. de Tempranillo, Cabernet y Syrah. La cantidad exacta de botellas que elaboran no me la confirmaron, ¿tres, cuatro, seis millones de litros? Sean los que sean, no debe ser fácil de conseguir hacerlo…ni venderlo.
¿Cuál es el secreto del vino? “Conseguir un grado alcohólico de unos 11 grados con buena acidez y manteniendo el equilibrio a la vez”, comenta Philippe Dardanne.
¿Cómo se elabora?
“El 70% de la uva se vendimia de noche, esto ayuda a mantener el color, manejamos mejor la uva y supone un ahorro de energía de frío muy importante”, dice Philippe Dardanne. En cuanto a rendimientos, rondan los 12.000-15.000 kilos/ha para la uva del rosado y unos 7.000 para el tinto, al que se dedican 50 ha de viñedo de suelos más pobres.
Evidentemente, toda la vendimia se hace a máquina con despalillado en viñedo para que la uva esté el mínimo tiempo en la tolva y de ahí pasa directamente a la prensa neumática. Tienen cuatro prensas que en 25 minutos la llenan.
El desfangado lo hacen por flotación y con temperatura controlada de unos 15 grados que varían en función de las necesidades. En unas tres o cuatro horas el mosto de 35.000 litros está limpio.
La bodega tiene dos zonas bien diferenciadas, una interior donde está el vino base una vez clarificado y otra exterior donde se hace la segunda fermentación en depósitos especiales isotérmicos e isométricos, como unas ollas a presión refrigeradas de unos 50.000 litros. La toma de espuma se hace con un pie de cuba de levadura endógenas, controlando la presión – entre 2 y 2,5 bares- y la cantidad de azúcar. Cuando consideran oportuno, paran la fermentación con frío, filtran, sulfitan y ¡casi listo! Embotellan unas 12.000 botellas por hora, que mantienen a unos 5 grados antes de poner el tapón.
El vino
Peñascal tinto supone solo 10% de la producción y se exporta, en botella bordelesa, en casi su totalidad. Otro cantar es el Peñascal rosado, consumido en un 85% en España, el resto se vende a Alemania y Suecia principalmente. En cuanto al “estilo peñascal” su evolución son el tiempo es notable. Hoy ya no se hace con Bobal y Garnacha, tiene menos alcohol y algo más fruta y azúcar. Sin duda, unos parámetros cualitativos que siguen enganchando a millones de consumidores españoles a “el peñascal”. Y ante eso, nada que comentar.
En «Esto me suena», el programa de Radio Nacional en el colaboro, me han preguntado en varias ocasiones sobre cómo se hace este vino. Y quizás tu también seas uno de ellos, así que te dejo post del programa, y algunas fotos de las instalaciones.
