Cuando entras en la bodega de Francis Ford Coppola el vino desaparece. Es tal el impacto que causa el montaje que el vino pasa a un segundo plano desde el primer momento.
La bodega está en Geyserville (California). Desde la entrada, y mientras subes las escaleras, sabes que lo que vas a ver es algo muy diferente al concepto de bodega que tenemos en Europa. Una piscina al aire libre te recibe (hay que reservar con antelación). En el centro, uno de sus restaurantes italianos, rodeados de mesas y sillas llenas de turistas. Cuando entras al edificio, dos plantas de merchandising con un montaje espectacular se abren antes tus ojos. Hay dos zonas dentro de la bodega de Francis Ford Coppola para catar sus vinos, pero la verdad es que lo que más llama la atención es la manera en que desde que cruzas la puerta decenas de objetos están a la vista, listos para ser comprados. Así que primero das una vuelta a ver qué encuentras y luego te tomas un vino para pensar qué comprar. Marketing del vino muy bien planificado. Culto a la director de cine y a la marca de sus productos, no solo al vino. Dos restaurantes dentro del complejo bodeguero (también tiene un café-restaurante en San Francisco, Zoetrope) o Mammarela Foods (su línea de productos gastronómicos).
Creo que en este caso las imágenes valen más que mis palabras. Así que te dejo algunas fotos de la bodega del director de cine Francis Ford Coppola.